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CARTELES

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Formulaciones acerca del Cartel como dispositivo de formación

El cartel es el lugar-marco donde el tiempo de la tarea de un pequeño grupo de analistas se realiza. Estos, elegidos entre sí, abordan un tema y extraen de él un producto que será singular para cada uno de ellos.

Esta es en aproximación la formulación de Lacan acerca del dispositivo del cartel tanto en 1964, en las actas de fundación de la Escuela Freudiana de París, como bastante mas adelante en su enseñanza, en su Seminario Disolución de 1980. (Ornicar 21/22)

La función del trabajo es lo que no puede faltar y es el nudo fundamental del dispositivo. Si esta tarea se dificulta, se traba y no avanza, el pequeño grupo puede llamar a alguien más, plus-un en francés, para que relance y haga circular el discurso.

Este alguien más, “siendo cualquiera debe ser alguien”, tiene como función, como ya dijimos, promover la elaboración y acotar los efectos de grupo que puedan estar obstaculizándola.

Lacan llamó “Clinica del Cartel” a la lectura posterior de lo acontecido durante el tiempo de trabajo que no será menor al año ni superior a dos. El Cartel se desarrolla en un área intermedia entre la lectura y la Clínica. En el Cartel se elaboran preguntas y se dispone para que la Clínica lo cuestione a cada quien como así también la lectura de los textos teóricos que son sometidos a revisión.

La noción de trabajo es cara a Freud y desde el comienzo está ligada a los sueños como producción inconsciente. Tanto su elaboración como el espacio provisto para que los mismos arrojen sus imágenes a descifrar nos resultan de interés como elementos indispensables para que la creatividad sublimada, tributaria del jugar, confronten a quienes participen de la experiencia del Cartel a un verdadero montaje de procesos que apuntan a un fin. La finalidad es que anude el trazo de la escritura con la autorización, hecha ante y entre algunos otros, para afianzar su formación como analistas. Ese espacio potencial creador debiera poder plasmarse en el interior del trabajo de un Cartel, por ejemplo, haciendo correr un tema cualquiera tomándolo lúdicamente para que luego cada uno se encuentre con el suyo sin la exigencia de ubicarlo de entrada.

El Cartel, y esto es conocido, es “órgano de base”. De base para la formación del analista, y para la formulación de lógicas que atañen a su posición, tanto en su práctica como así también en el lugar de las Escuelas donde se encuentre inscripto.

Una conferencia de Hannah Arendt pronunciada en 1957 puede darnos interesantes disquisiciones entre Labor, Trabajo y Acción, tal el nombre de texto leído por ella en aquella oportunidad. La noción de trabajo, dice, surge de la actividad artesanal y ya está presente en los diálogos de Platón. La labor por debajo y la acción como producto más elevado le hacen marco. La acción por ejemplo es acción política por excelencia y se encuentra como ya se dijo en la posición más elevada o distinguida. La diferenciación entre trabajo y labor, en alemán entre arbeiten y werken, y en otros idiomas existe la misma distinción, apunta en todos los casos a que la labor tiene “una inequívoca connotación de experiencias corporales, de fatiga e incomodidad, y en la mayoría de ellos se usa significativamente para indicar los dolores de parto.” La labor es una actividad que corresponde a los procesos biológicos del cuerpo, como lo acentuó un joven Marx. Lo interesante de esta diferenciación es señalar la presencia de cuerpo en la labor junto a su actividad repetida indefinidamente, a diferencia del trabajo “cuyo fin llega cuando el objeto está acabado, listo para ser añadido al mundo común de las cosas y de los objetos”.

El trabajo de nuestras manos en la escritura como distinto a la labor de nuestros cuerpos que pueden permanecer sentados y juntos a la acción de poner un producto acabado en la polis entendida como política del lazo entre pares puede ser un artificio, que en este caso bajo el nombre de Cartel, invita a constituirse en su nombre.